lunes, 14 de mayo de 2012

EL CRIMEN DEL HORTELANO


calle postigo                                                        iglesia San Mateo                                      calle del mono
Ojeando en el baul de my abuelo casimiro que era agente judicial en la audiencia de caceres y solia buscar casos extraños  y llamativos acaecidos en caceres y provincia, en los archivos de la audiencia de caceres.
Me encontré con una carpeta que ya solo con el título de la cubierta me llamo la atención
“EL CRIMEN DEL HORTELANO”
Es  verano en el Cáceres de 1774 un vecino de la calle postigo un guarda para más señas, decide dar un paseo con su esposa e hija después de cenar. Pero algo trastoca la tranquilidad de la familia.
La noche estival resulta muy agradable, hasta que se detienen en la calle popular “calle del mono”. A lo legos contemplan un bulto uniforme. Se acercan, un hombre esta tendido en el suelo cubierto de sangre y muerto.
Al rato, el médico trasladado al lugar dictaminó que el individuo había fallecido tras una certera puñalada en el mismo corazón. Algunos vecinos identificaron el cadáver. El hombre vivía en la zona, se llamaba DIEGO  y era un humilde hortelano, para nada escandaloso, casado con dos hijos muy pequeños y con fama aparente bien merecida de absoluta honradez. No parecía que la muerte se debiera a un ajuste de cuentas o a enfrentamientos del “hampa”. Las investigaciones comenzaron entre los vecinos pero poco sabían, así que el alcalde responsable de la investigación, decidió seguir la única evidencia existente; el reguero de sangre que partía del cadáver. La sangre traslado a los investigadores hasta una de las iglesias más importantes de la ciudad la de San Mateo. No era extraño por aquel entonces era habitual que los criminales se acogieran a la protección eclesiástica y escondieran sus asesinatos en la intimidad de una iglesia. El alcalde logro acceder a la iglesia y después de muchas cuitas por parte de sus inquilinos, descubrió con ayuda de testigos de dentro quien había entrado, raudo y ensangrentado a la parroquia, sorprendentemente, se trataba de un sacerdote y estaba escondido en el coro de la iglesia. Sin apena resistencia fue detenido y encerrado en la cárcel.
Al día siguiente de la detención. Todo se aclaro. La viuda del asesinado embarazada, supero el estado de ansiedad que la muerte de su marido le había provocado  y pudo dar testimonio de lo que sabía. Su opinión era que el cura detenido había sido el asesino, pues se la tenía jurada a su esposo desde hacía unos cuantos días. ocurrió que el sacerdote  tenía un amante, de nombre Manuela, vecina del desdichado matrimonio, y cierta noche apenas dos semanas antes del luctuoso suceso, generando la pareja un bullicio extremo con gritos y serenatas , el finado les reprendió con unas palabras que hicieron hondamente al sacerdote que juro venganza;”!QUE BUEN CURA! ¡Y MAÑANA IRA A CELEBRAR!”Grito el fallecido. Y el cura se guardo para si estas palabras y las vengo a cuchilladas.
Fue la primera vez que la justicia civil actuó antes que la eclesiástica  y lo condeno a muerte. Aquello despertó un gran escándalo en la ciudad ya que entonces, en muchos casos semejantes a este, para salvar el buen nombre de la toda poderosa iglesia, se había decidido ocultar los crímenes, esconder al culpable y esperar un tiempo hasta que fuese olvidado. Sin embargo, grande era el poder eclesiástico y enorme su influencia.
Finalmente el Rey CARLOS III decidió intervenir y el clericó homicida no sería condenado a morir.
(Con la iglesia habían topado)        FIN 


POR : Alfonso soler rodriguez

































LA PRIMERA PIEDRA EN LA CASA DE TODOS LOS CACEREÑOS


Todo empezó el 24 de noviembre de 1867, cuando se puso la primera piedra del actual ayuntamiento y se tomo una fotografía del acto, que sería la primera fotografía del acto público de Cáceres. La foto es una joya para mirar con lupa y no tiene desperdicio.
En dos años escasos se realizo la obra (ya quisiéramos esas prisas para las actuales) inaugurándose en el año 1869. Él porque está el ayuntamiento fuera de la muralla se debe al viejo fuero que decía “Se reunirá el concejo entre las torres del horno y de la yerba, fuera de la muralla y de haber asedio, a campana batida y bajo la finiestra de santa maría” y entre las dos torres hubieron de ponerse siempre las casas consistoriales.
Otra curiosidad de este amplio caserón fue el servir de alojamiento en 1881 a los reyes peninsulares, don Luis I de Portugal t don Alfonso XII de España , cuando vinieron a Cáceres a inaugurar la línea férrea que desde hace más de un siglo une Madrid con Lisboa a través de nuestra ciudad, infinidad de objeto decorativos y de todo tipo se trajeron de las reales fabricas para adecentar los interiores , quedando muchos de ellos aquí , como grandes lámparas que adornan el salón de acto municipal , el escritorio del rey y un extraño objeto, como una sopera de fina porcelana, decorada , con dos asas y tapadera que en alguna ocasión se ha empleado como florero y centro de mesa, aunque en realidad era el orinal que utilizo Alfonso XII en la alcoba que se improviso en el palacio. No sé si aun existe, pero viéndole ahora parece mas centro de mesa que “vica” real. Tampoco es fácil saber ahora si el rey hizo “pis” o “pon” en tal cacharro…. Quede ello como un enigma más de la historia local.

LA MUERTE DE DOÑA ISABEL

1793: La muerte de Doña Isabel
Es por abril. Doña Isabel de Ovando, pálida y triste, con su paso vacilante de enferma, ha bajado al jardín florecido con las rosas de la primavera, como buscando con ansia los cálidos rayos del sol para que den calor a su cuerpo enflaquecido que por las tardes siente los escalofríos de la fiebre.
Sentada en un banco de granito, junto a la reja que se asoma a la Plaza Mayor, doña Isabel con la mirada ausente, atisba el mundo de los mercaderes. A su lado, su viejo esposo, don José María de Mayoralgo y Golfín, lee y relee, enfrascado en su horror, un diario de la Villa y Corte, donde se habla de los crímenes que se cometen cada día en la Francia revolucionaria, que acaba de guillotinar a su rey.
A sus veintiocho años, doña Isabel, melancólica y devota, parece contagiada de la vejez de su marido. Su juventud se la dejó atrás en aquel caluroso día de julio de 1784, en el que a sus dieciocho años cruzó el umbral de este palacio de Mayoralgo, del brazo de un caballero sesentón, al que acababa de unirse para siempre jamás, con el espíritu de renuncia de la novicia que entra en un convento dando la espalda al mundo.
Doña Isabel había venido del palacio de enfrente, el de los Ovandos de Santa María, ese palacio había estado allí frontero desde la eternidad de los siglos, los dos palacios, las dos familias -las de Mayoralgo y Ovando- compartiendo la plazuela con el Obispo de Coria como buenos vecinos. Un día del año 1783, en la casa de los Mayoralgos se produjo una tragedia que inevitablemente parecía, era el fin de un antiguo e ilustre linaje de la Villa. Al viejo y achacoso don José María, 14º Señor de la Torre de Mayoralgo, se le moría el último de sus hijos, en plena juventud sin dejar sucesión.
Por la mente de la jovencita doña Isabel de Ovando, no pasó ni siquiera un instante la sospecha de que aquella desgracia fuese a cambiar su pacífica existencia al lado de su madre, doña Antonia de Vera. No lo pensó hasta aquella tarde en la que el padre doliente quebró su luto y cruzó la plazuela para hablar con su vecina doña Antonia del futuro de su hija pequeña. Sí, el viejo vecino de enfrente, que contaba años para ser su abuelo, pretendía sus dieciocho años, para que ella salvase a su familia de la extinción...
Por el jardín de Mayoralgo, los niños, don José Bibiano y doña Micaela corretean persiguiéndose el uno al otro. Cuando contempla a los hijos de su vejez, don José María lo hace con ojos de abuelo. Mirando a su hijos doña Isabel se pone a pensar qué será de estos niñitos que tan pequeños van a quedarse sin madre, entregados a viejas tías solteronas. E imagina cómo será su vida, algo que ella no verá. La del niño don José Bibiano esta trazada desde la cuna. Será el 15º Señor de la Torre de Mayoralgo, poseerá varios y ricos vínculos, disfrutará de las rentas de extensas dehesas, será Regidor del Concejo de la Villa, como su padre don José María, su abuelo don Miguel y una larguísima cadena de ancestros. ¿Y la niña Micaela, tan bonita, tan despierta? ¡Ay! Mirando a la niña, doña Isabel siente como un barrunto, como un vago, impreciso presentimiento que no es de muerte pronta ni de enfermedad...
Corre mayo y doña Isabel se muere. Doña Antonia de Vera se pasa las horas junto a la cabecera de su hija, arreglándole las almohadas y alcatifes, escuchándola a la hora de las recomendaciones. Después de estas conversaciones, parece que la enferma queda más apaciguada y su cara color ceniciento adquiere una expresión serena. Doña Isabel se pone a pensar en que ya estarán florecidos los limoneros de su infancia, aromando la casa de enfrente, la de los recuerdos dichosos. Y ve dos chiquillas con pelucas blancas y tontillos de raso, jugando entre las columnas de un bello patio renaciente, italianizante. Las dos niñas empelucadas fueron un día ella y su hermana doña Leonor, la mayorazga, -ahora tan desgraciada, casada sin hijos, con un condesito mujeriego y despilfarrador,- siempre tan juntas durante la niñez, las dos bajo la enlutada tutela de su madre viuda y de su tío don Gabriel de Saavedra, el conocido ilustrado.
Es por mayo y doña Isabel yace muerta entre cuatro candelabros encendidos, y en su cara hay una expresión de paz, como si después de su corta vida, doliente y piadosa, hubiese alcanzado junto a Dios la felicidad. En la hora de la agonía había confiado con vocecilla débil a su marido-abuelo sus últimas voluntades.
"Primeramente me comunicó ser su voluntad que Quando la de Dios Nuestro Señor fuese servida llebarla de esta presente vida, fuese su cuerpo vestido en hábito del Señor Nazareno que vestía y sepultado en la Yglesia Parroquial de Nuestra Señora de Santa María la Mayor de esta Villa en la Sepultura que fuese mi voluntad...
Ytem mandó se le diese a su madre la Señora Dª Antonia De Vera y Rocaful el rosario de Oro y el aderezo y sortija de diamantes puesta en oro...
Ytem, mandó se le diese a la Virgen de los Dolores que está en la Yglesia Parroquial de Señor San Juan de esta Villa, una piocha de diamantes puesta en plata...
Y dos onzas y medias de Oro las quales mandó se le diesen a su madre, y la otra alSeñor Nazareno y media onza restante a Sor Ysabel dela Visitazion Reigiosa en el Combento dela Conzepcion...
Ytem mandó y recomendó muy particularmente agasajase a los criados de casa y especialmente alas que la hauían asistido en su enfermedad comoa a las de su madre..."
Brilla en el jardín el esplendor de la primavera. Por las puertas del palacio de don José María Mayoralgo, abiertas de par en par, sale el cortejo fúnebre -blandones encendidos, franciscanos salmodiando cantos-, que se lleva a enterrar a doña Isabel de Ovando a dos pasos de allí en Santa María, la Parroquia Mayor.
"Y con efecto, fue su cuerpo vestido con avito del Señor Nazareno y sepultado en dicha Yglesia de Santa María en uno de los entierros huecos que tengo al lado del Evangelio del Altar Mayor entre la capilla del Arcangel Señor San Miguel"...
En el Palacio de Mayoralgo ha vuelto a hacerse el silencio oscuro del luto. Dos niñitos de negro traídos por una vieja tía solterona vienen a besar las arrugadas manos de su padre.
Corre el año 1801. Por el Puente de San Francisco, recién construido, avanzan un anciano caballero de peluca y casacón, que se apoya en el brazo de una linda niña, vestida y peinada a la griega. Les siguen un usía jovencito con chupa y pantalón de raso que acompaña a una vieja señora de blanquecina cabeza diciochesca y encajes negros.
Los paseantes de San Francisco van acercándose y rodeando al anciano caballero de la peluca blanca, a su hermana solterona, y a sus hijos adolescentes, don José Bibiano y doña Micaela, y todo son parabienes y besamanos y abrazos. El octagenario Señor de la Torre de Mayoralgo acaba de ser nombrado por el Rey Don Carlos IV, Conde de la Torre de Mayoralgo. A sus ochenta achacosos años, don José María, después de enterrar a dos esposas, a tres hijos y a un sin fin de parientes, pasea hoy en triunfo entre sus deudos y parientes lejanos, su nueva dignidad, al tiempo que exhibe con orgullo a la niña doña Micaela, la hija de sus segundas nupcias, las que contrajo con aquella doña Isabel jovencita que mustió a su lado. Junto a su padre-abuelo, la niña doña Micaela, espigada y airosa, parece un hermoso milagro.

domingo, 13 de mayo de 2012

LA RECONQUISTA DE CACERES





Alfonso IX de león ha puesto sitio a la ciudad, después de varios intentos de reconquistarla. El  alcázar (hoy palacio de las veletas) era la casa del kaid. Su hija bajaba cada tarde a la ribera del marco a través de un pasadizo secreto del palacio. Las tropas cristianas estaban dispuestas en la serranía de la mosca, al otro lado de la vaguada. Un capitán, sobrino del maestre de la orden de los frates de Cáceres, también bajaba a refrescarse al marco, lugar donde la pareja se conocen, se  enamora y se marchan juntos.
Cuando  el descubre que es hija  del kaid, le pregunta cómo puede salir  de la plaza si está vigilada, ella le confiesa que hay un pasadizo secreto. En ese momento, el tiene una terrible lucha entre su corazón y su razón. Al final prevalece la razón, da cuenta al rey de la posibilidad de entrar a la plaza por ese pasadizo, disponen de tropas especializadas  y llegado el día de la próxima cita, en lugar de aguadar a su amada se mete por el pasadizo , llegan al alcázar y lo toman. Abren las puertas de la plaza del socorro, por donde acceden las tropas y toman la ciudad. Cuando kaid se da cuenta que su hija le ha traicionado, la maldice y la mata. Le dice que su alma vagara errante por los muros de la ciudad hasta que el islán reine de nuevo en esa plaza, y cada año en la noche de ese día, su alma errara por las calles tornadas en  la forma más cobarde. En la de gallina. Al ver a su amada muerta el capitán le promete que cada año regresara en busca de su alma para deshacer  el encantamiento. Y si muere en el empeño y no lo consigue, emplaza a los cristianos a que encuentre su fortuna buscando el alma de la joven y permitiéndola descansar de nuevo en el paraíso.

LA LEYENDA DEL ESCUDO MALDONADO


LA LEYENDA DEL ESCUDO MALDONADO
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RODRIGO DE ALDANA, a  punto de morir a la edad de  cuarenta  años, unos dicen  que fue a Santiago de Compostela y otros historiadores dicen que a Montserrat yo me voy a quedar  con el segundo, en busca del milagro curativo. Al llegar a la ermita un delfín de luis IX le increpa al cacereño. Este recupera las fuerzas, y reta  en duelo al infante y le vence. El monarca detiene el combate y le dice a Rodrigo que la pida lo que quiera y preserve la vida de su hijo. La petición es: de las ocho flor  de lis que campean en el escudo del rey de Francia se me entregaran cinco no para el reino de castilla si no para mi casa. El rey le contestó  : YO OS LAS DOY PERO QUE SEAN MALDADAS,  por eso la estirpe de los Aldana desaparece, y se convierte en los de Maldonado, y la casa de un noble cacereño, en  el callejón del mono esta el escudo  de los Maldonado que tiene más flores de lis que la nación de Francia

la Legión Cóndor





  
Navegando por Internet me encontré con una información que en alguna ocasión ya había leído, las tropas de Hitler ayudaron a franco por medio de la Legión Cóndor, pero ¡También estuvieron en Cáceres! De inmediato me asaltaron las dudas, ¿Qué motivo les trajo aquí?¿Donde se alojaron? ¿Que tenían planeado? Buceando más profundamente en la red, encontré escasa páginas que hacían referencia a este hecho tan sorprendente en nuestra apacible ciudad, aunque por entonces 1936, no lo fuera tanto, la Guerra Civil estaba a punto de empezar. Franco se está armando, y los Nazis, quizás necesitaban un campo de pruebas.

Bien, entremos en materia; lo que vais a leer, aunque escaso, lo he recopilado, maquetado y organizado de las fuentes que indicaré al final, espero que os resulte interesante.

En octubre de 1936, en el castillo de las Arguijuela
a unos 13 km de Cáceres, en la carretera de Mérida, se acordó establecer un campo de instrucción y entrenamiento de carros de combate, dirigido por oficiales y técnicos alemanes. La división que allí se estableció fue enviada por el ejército alemán para apoyar militarmente a los insurrectos españoles.

El emplazamiento del castillo, que fue utilizado como centro de formación y depósito de armas pesadas, se mantuvo en el mayor de los secretos y no se permitió el acceso a ninguna persona no autorizada. El 28 de septiembre de 1936, un primer grupo de 180 oficiales y suboficiales alemanes de la I y II Compañía del Regimiento de Panzers 6 de Neuruppin, embarcaron en el puerto de Danzing a bordo de los buques "Passage" y "Girgenti". A los "voluntarios" sólo se les había comunicado que participaban en una misión de alto secreto y que habían de hacerse pasar por simples viajeros que iban de vacaciones, por lo que se les facilitó pasaportes falsos. En el transcurso de dicha misión no pertenecerían a la Wehrmacht.

Tienda en el Castillo de las Arguijuelas

La Wehrmacht, Fuerza de Defensa en alemán, era el nombre de las fuerzas armadas unificadas de la Alemania nazi desde 1935 a 1945, surgida tras la disolución de la Reichswehr, fuerzas armadas de República de Weimar, por el régimen nazi. Estaba compuesta por el Heer (ejército), la Kriegsmarine (marina de guerra) y la Luftwaffe (fuerza aérea).

No fue hasta el 7 de octubre, cuando llegaron a España, que se les comunicó su verdadero cometido y qué debían hacer con el material que les acompañaba (carros de combate, camiones, armamento y municiones). El 18 de octubre llegaron a Cáceres.

Al frente de esta división se situó el teniente coronel Wilhelm Ritter von Thoma, uno de los pioneros del arma blindada tras la Primera Guerra Mundial. Von Thoma fue un visitante frecuente a las zonas de combate, por ejemplo, líder en un asalto armado en Madrid personalmente durante la Batalla de Madrid en noviembre de 1936. Más tarde afirmó haber participado en 192 acciones de depósito en España. Después de que terminó la guerra, el 8 de junio de 1939, von Thoma fue asignado a Berlín como oficial de Estado Mayor. Desde el 1 agosto hasta el 18 septiembre de 1939, fue trasladado al personal de Panzer Regimiento 3 de la 2 ª División Panzer y le fue asignado el liderazgo del regimiento. Entre, sus condecoraciones encontramos una muy curiosa, que confirma que estuvo implicado en batallas directas, La cruz de oro española, otorgada por el ejercito alemán.


La unidad de panzers a su mando conocida como el Grupo "Drohne", se dedicaba, en la base de las Arguijuelas, principalmente la instruir a soldados españoles en la conducción de los tanques y el manejo de toda clase de armamento enviado por su país. El carácter secreto de la misión motivó que las autoridades militares restringieran el contacto de los alemanes con la población civil. Sin embargo, era inevitable que se sospechara lo que sucedía en las Arguijuelas, y un suceso luctuoso, como fue un accidente de circulación, acabó de aclarar las dudas sobre la nacionalidad e intenciones de quienes allí se encontraban alojados. Incluso los voluntarios alemanes fueron objeto de un homenaje municipal, por lo que todavía hoy día una de las principales avenidas de la ciudad lleva el nombre de su patria, la Avenida de Alemania.

Como último apunte, citar que cerca del monasterio de Yuste, en donde pasó sus últimos días el emperador Carlos V, en la localidad cacereña de Cuacos de Yuste (en La Vera), se encuentra un cementerio donde reposan los restos de soldados alemanes de la I y II Guerra Mundial (ning
uno de la Guerra Civil española).

JUAN DE AUSTRIA “la historia nunca contada"


·         Os voy a contar una historia que me lo dijo un paisano de pasaron de la vera
JUAN DE AUSTRIA “la historia nunca contada"
Durante su estancia en Extremadura el que será recordado como "héroe de Lepanto " vivió una historia de amor y tragedia que pocos conocen. El palacio en que se gestó el mito, en pasaron de la vera permanece desde entonces unido a un nombre Magdalena.
Magdalena era hija del señor
 de pasaron y Jerómin era hijo natural de Carlos v , desde que se conocieron surgió entre ellos una relación especial . El amor blanco y peroné la niñez. Todos se dieron cuenta de la chispa que había surgido entre ambos pero la noticia no agrado al padre de Magdalena. Este defensor de la causa Comunera y por lo tanto enemigo del emperador, aborreció lo que se había gestado entre su hija y el vástago de Carlos v, presa de la rabia el señor de pasaron encerró a magdalena en las mazmorras despacio. Donde la joven murió. Dicen que vaga y pasea por los jardines del edificio en las noches de luna llena y que en los días lluviosos se la puede ver a través de los ventanales añorando a su amor perdido y lamentándose por su triste destino . Este es el dibujó que hice del palacio es lo mejor que se pintar perdonarme.