Alfonso IX de león ha puesto sitio a la ciudad, después de varios intentos de reconquistarla. El alcázar (hoy palacio de las veletas) era la casa del kaid. Su hija bajaba cada tarde a la ribera del marco a través de un pasadizo secreto del palacio. Las tropas cristianas estaban dispuestas en la serranía de la mosca, al otro lado de la vaguada. Un capitán, sobrino del maestre de la orden de los frates de Cáceres, también bajaba a refrescarse al marco, lugar donde la pareja se conocen, se enamora y se marchan juntos.
Cuando el descubre
que es hija del kaid, le pregunta cómo
puede salir de la plaza si está
vigilada, ella le confiesa que hay un pasadizo secreto. En ese momento, el
tiene una terrible lucha entre su corazón y su razón. Al final prevalece la
razón, da cuenta al rey de la posibilidad de entrar a la plaza por ese
pasadizo, disponen de tropas especializadas
y llegado el día de la próxima cita, en lugar de aguadar a su amada se
mete por el pasadizo , llegan al alcázar y lo toman. Abren las puertas de la
plaza del socorro, por donde acceden las tropas y toman la ciudad. Cuando kaid
se da cuenta que su hija le ha traicionado, la maldice y la mata. Le dice que
su alma vagara errante por los muros de la ciudad hasta que el islán reine de
nuevo en esa plaza, y cada año en la noche de ese día, su alma errara por las
calles tornadas en la forma más cobarde.
En la de gallina. Al ver a su amada muerta el capitán le promete que cada año
regresara en busca de su alma para deshacer
el encantamiento. Y si muere en el empeño y no lo consigue, emplaza a
los cristianos a que encuentre su fortuna buscando el alma de la joven y
permitiéndola descansar de nuevo en el paraíso.
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